Joven madre pierde la vida tras lanzarse desde un edificio 18 plantas en Camagüey

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La tarde del viernes 10 de mayo, el silencio fue más fuerte que nunca en el Reparto Montecarlo de la ciudad de Camagüey. Lo que parecía una jornada común se tiñó de tragedia cuando una joven madre, de apenas 19 años, cayó desde el séptimo piso de un edificio de 18 plantas. Su nombre era Lisneisi Pérez Barzaga. Tenía un hijo pequeño, una sonrisa que iluminaba y una presencia que muchos describen como «imposible de olvidar». Sin embargo, detrás de esa alegría aparente, al parecer se libraba una batalla silenciosa que terminó en una desgarradora decisión: quitarse la vida.

Una comunidad paralizada por la tristeza

El hecho estremeció no solo al edificio y sus vecinos, sino a toda la ciudad. Algunos testigos aún no logran recuperarse del shock. “Yo estaba sentada frente al televisor cuando escuché el grito. Corrí a la ventana y vi a la gente aglomerada. No podía creerlo. Era Lisneisi… siempre tan amable, tan viva”, relató una vecina con lágrimas en los ojos. La incredulidad rápidamente se apoderó de todos: “¿Por qué lo hizo?”, era la pregunta en boca de muchos.

Una vida truncada y un vacío difícil de llenar

Lisneisi no era una desconocida en el barrio. Todos la identificaban por su energía, su calidez y ese toque especial de bondad que la hacía destacar entre los demás. Era madre de un niño pequeño que hoy, trágicamente, se queda sin ella. Según comentan quienes la conocían, siempre estaba dispuesta a ayudar, a dar una palabra de ánimo, a tender una mano. Su muerte deja tras de sí no solo un profundo vacío en su familia, sino también un dolor colectivo que ha calado en el alma de su comunidad.

Minutos después del suceso, la policía acordonó el área y limitó el acceso al edificio mientras se realizaban las primeras investigaciones. Las redes sociales se llenaron de mensajes, recuerdos, fotos y despedidas emotivas. En especial, en grupos como «Cuba Primero», donde muchos lamentaron la pérdida de una joven madre con tanto por vivir.

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La salud mental en la Cuba actual: un tema que no puede esperar más

A pesar de que las autoridades no han ofrecido detalles concretos sobre lo que motivó a Lisneisi a quitarse la vida, su partida se ha convertido en una llamada urgente a la acción: es imprescindible mirar de frente la crisis de salud mental que se vive en Cuba, sobre todo entre los jóvenes.

Hablar de depresión, ansiedad o ideas suicidas sigue siendo, en muchas ocasiones, un tema tabú. El miedo al juicio, el estigma social, y la escasez de servicios especializados hacen que muchas personas enfrenten sus tormentas en completo silencio. En este país, donde aún cuesta trabajo asumir que la salud mental es tan vital como la física, casos como el de Lisneisi no deberían ser simplemente una triste noticia más.

La falta de acceso a atención psicológica, la inexistencia de espacios seguros para hablar sin miedo y el desconocimiento generalizado sobre estos temas se suman como factores que agravan una situación que ya es crítica. En muchas familias, hablar de tristeza profunda o insatisfacción emocional es visto como una señal de debilidad, cuando en realidad es un pedido de ayuda que merece ser escuchado.

Una pérdida que podría haberse evitado: ¿qué nos toca como sociedad?

La muerte de Lisneisi no puede ni debe pasar desapercibida. Más allá de la tragedia personal, su historia nos deja una enseñanza que no puede ignorarse: necesitamos cambiar, como sociedad, nuestra manera de ver y tratar la salud emocional. Las instituciones deben asumir su responsabilidad, pero también nosotros, como ciudadanos, debemos aprender a preguntar más, a escuchar mejor, y a eliminar el prejuicio que silencia a quienes sufren.

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Campañas de concienciación, redes de apoyo emocional, líneas telefónicas de asistencia confidencial y profesionales capacitados en cada municipio deberían formar parte de una estrategia nacional. El acompañamiento emocional debe comenzar en los hogares y extenderse a las escuelas, centros laborales y espacios comunitarios.

Hay vidas que se apagan, no por falta de amor, sino por la ausencia de comprensión, recursos y escucha. A Lisneisi tal vez le fallaron muchas cosas, pero aún estamos a tiempo de que otros no corran la misma suerte.

Preguntas frecuentes sobre salud mental y prevención del suicidio en Cuba

¿Qué señales pueden indicar que alguien está luchando con problemas de salud mental?

Cambios en el comportamiento habitual, aislamiento repentino, pérdida de interés en actividades, tristeza prolongada, insomnio o expresiones de desesperanza son señales de alerta. Si notas estos signos en alguien cercano, es fundamental no ignorarlos.

¿Dónde se puede buscar ayuda psicológica gratuita o de bajo costo en Cuba?

Aunque los recursos son limitados, existen policlínicos con servicios de psicología y psiquiatría, así como centros comunitarios de salud mental. Es importante acudir a un médico de familia para recibir orientación sobre los servicios disponibles.

¿Cómo puede una comunidad apoyar a alguien en crisis emocional?

Escuchar sin juzgar, ofrecer compañía constante, hablar con empatía y buscar apoyo profesional son pasos clave. Muchas veces, un gesto de comprensión puede hacer la diferencia.

¿Por qué muchas personas evitan hablar de sus problemas mentales?

Por miedo al rechazo, por vergüenza o por pensar que “deben” resolverlo solas. El estigma social aún pesa mucho, lo que impide a muchos expresar su sufrimiento con libertad.

¿Qué acciones concretas puede tomar el gobierno para atender la salud mental?

Crear campañas educativas, aumentar el número de psicólogos en centros escolares y de salud, garantizar acceso gratuito a terapias, implementar líneas de atención 24/7 y fomentar espacios de escucha activa y segura.

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