En la madrugada del pasado 3 de septiembre, el municipio habanero de Guanabacoa fue escenario de un hecho que refleja tanto la vulnerabilidad del campo cubano como la determinación de sus campesinos. Un grupo de productores organizados en brigadas de vigilancia logró detener a un presunto ladrón de ganado que intentaba sustraer dos vacas de una finca familiar.
Según cuentan, todo pasó como a la una de la mañana. Una señora de la familia, que vive en el campo, escuchó ruidos raros en el corral. Al toque, vio que dos tipos se estaban llevando dos vacas a escondidas y gritó para avisar a los demás. Los campesinos reaccionaron rapidísimo y se organizaron en un santiamén para pillar a los ladrones.
Durante la persecución, uno de los implicados trató de escapar lanzándose a una presa cercana, pero fue alcanzado y reducido por los miembros de la brigada. El segundo sospechoso logró huir del lugar y hasta el momento permanece prófugo. El capturado fue llevado directamente a la vivienda de las víctimas, donde quedó bajo custodia de los campesinos hasta la llegada de los agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).

Después, la poli encontró a las dos vacas atadas en un lugar escondido. Allí mismo hallaron herramientas que, por lo que parece, iban a usar para matarlas y vender la carne a escondidas. Esto confirma que el robo estaba planeado desde antes.
El hecho ha generado preocupación entre productores locales, quienes insisten en que los robos de ganado se han incrementado en los últimos meses debido a la profunda crisis alimentaria que enfrenta el país. El alto precio de la carne en el mercado negro, donde una libra puede alcanzar cifras inalcanzables para muchos, ha convertido a las reses en blanco constante de los delincuentes.
Respuesta de las autoridades
Un miembro de la brigada campesina dijo que los investigadores se comprometieron a encontrar al otro tipo metido en esto durante la investigación, pero no dijeron cuánto tardarán en agarrarlo. Mientras tanto, los agricultores de la zona dicen que seguirán organizados para cuidar lo poco que les queda, porque saben que la seguridad de sus animales depende mucho de que ellos mismos estén atentos.
Este episodio en Guanabacoa refleja la tensión que viven los productores entre las limitaciones económicas, la amenaza de la delincuencia y la necesidad de garantizar el sustento de sus familias. La acción comunitaria, en este caso, evitó que las reses terminaran en el mercado clandestino, pero también deja en evidencia la magnitud del problema que aqueja a las zonas rurales de la Isla.
Preguntas frecuentes sobre el caso del robo de vacas en Guanabacoa
¿Cómo se detectó el intento de robo?
Una integrante de la familia campesina advirtió la salida de dos hombres con las vacas y alertó al resto de la comunidad.
¿Qué pasó con los presuntos ladrones?
Uno de los sospechosos fue detenido tras lanzarse a una presa para huir, mientras que el otro consiguió escapar y continúa en fuga.
¿Qué encontraron las autoridades junto a las vacas?
Los animales estaban amarrados en un sitio apartado junto a instrumentos que serían utilizados para sacrificarlos.
¿Cuál es la situación actual de los campesinos frente a estos delitos?
Los productores rurales afirman sentirse desprotegidos y, por eso, se organizan en brigadas de vigilancia comunitaria.
¿Por qué han aumentado los robos de ganado en Cuba?
La escasez de alimentos y el elevado precio de la carne en el mercado negro han convertido el hurto de reses en un delito cada vez más frecuente.

