En el pequeño poblado de Aserradero, municipio de Guamá, en la provincia de Santiago de Cuba, una escena estremecedora se ha vuelto viral en las redes. Una niña, con la inocencia propia de su edad y una valentía que desarma, decidió tomar el teléfono móvil de sus padres para mostrarle al mundo cómo quedó su casa después del paso del devastador huracán Melissa.
Las imágenes grabadas por la niña se han esparcido por toda Cuba, removiendo la sensibilidad de quienes las observan. En el video, que fue compartido posteriormente por la página La Tijera, se aprecia a la pequeña caminando entre tablas rotas, paredes derrumbadas y un suelo cubierto de escombros. Con la voz quebrada por la emoción, pronuncia unas palabras que estremecen:
“Mi gente, miren esto… estas tablas… miren cómo el ciclón Melissa acabó con todo esto.”
No hay efectos ni dramatismos; solo la dura realidad de una familia que perdió lo poco que tenía. En sus ojos se refleja el miedo y la confusión, pero también la fuerza de quien, aun en la adversidad, se atreve a contar su historia.
El huracán Melissa azotó con furia la costa suroriental de Cuba, dejando a su paso cientos de viviendas afectadas, comunidades incomunicadas y una población que, una vez más, debe levantarse sobre las ruinas. Sin embargo, la historia de esta niña ha puesto rostro humano a las estadísticas y ha despertado un debate urgente sobre la atención y la respuesta institucional frente a desastres naturales en zonas rurales del país.
La espera por respuestas oficiales
Vecinos del área aseguran que aún no ha llegado la ayuda estatal y que son las propias familias las que intentan reconstruir lo perdido con recursos limitados. “Estamos solos, sin electricidad, sin techo y con los niños durmiendo sobre colchones mojados”, relató un poblador del lugar.
La escena, sencilla y desgarradora, deja una profunda reflexión: en Cuba, los más pequeños no solo viven las consecuencias de las catástrofes naturales, sino que se han convertido en testigos y narradores de una realidad que no deberían conocer tan temprano.
La infancia cubana, símbolo de esperanza y futuro, hoy grita desde los escombros pidiendo algo más que promesas. El país necesita más manos solidarias y menos consignas. Porque ningún niño debería ser reportero de su propia tragedia.
Preguntas frecuentes sobre la historia de la niña de Guamá y el huracán Melissa
¿Dónde ocurrió este hecho?
El suceso tuvo lugar en el poblado de Aserradero, en el municipio Guamá, provincia de Santiago de Cuba, una de las zonas más afectadas por el huracán Melissa.
¿Qué impacto tuvo el huracán Melissa en la región?
El fenómeno dejó importantes daños en viviendas, cultivos y vías de comunicación, además de prolongados cortes eléctricos y escasez de recursos básicos.
¿Cómo se viralizó el video de la niña?
El video fue compartido por vecinos en redes sociales y rápidamente se difundió en plataformas nacionales e internacionales, generando solidaridad y reclamos de ayuda.
¿Ha recibido ayuda la comunidad afectada?
Hasta el momento, según testimonios de los pobladores, la asistencia oficial ha sido escasa, aunque se espera una mayor respuesta en los próximos días.
¿Por qué este caso ha causado tanto impacto?
Porque muestra la tragedia desde los ojos de una niña cubana, convirtiéndose en un símbolo de la vulnerabilidad de las comunidades rurales ante los desastres naturales.

