El fallecimiento de Abraham Carmenates Hervás, un joven cubano de apenas 25 años, ha conmocionado a la opinión pública por el contexto en el que ocurrió: bajo custodia estatal, dentro de la Prisión de Máxima Seguridad de Boniato, en Santiago de Cuba. Abraham padecía epilepsia, una enfermedad neurológica crónica que requería monitoreo constante y tratamiento médico adecuado. Sin embargo, según denuncias de su familia y de fuentes independientes, su condición fue ignorada de forma reiterada por las autoridades penitenciarias.
A lo largo de su reclusión, Abraham sufrió múltiples ataques epilépticos, algunos tan severos que ameritaron su traslado al Hospital Provincial. Sin embargo, en cada ocasión, fue devuelto a la prisión sin un protocolo de seguimiento. Sus padres interpusieron varias solicitudes para obtener su liberación por razones médicas (libertad extrapenal), pero todas fueron rechazadas por una comisión que declaró que estaba «apto» para seguir cumpliendo condena, a pesar de los riesgos que enfrentaba.

El 8 de agosto, durante la madrugada, Abraham sufrió un nuevo episodio epiléptico. Testimonios indican que recibió un medicamento, pero no fue vigilado ni asistido adecuadamente después del ataque. Fue dejado en el suelo, y al amanecer, fue hallado muerto por otros reclusos. Aún no se ha informado oficialmente la causa exacta del deceso.
El caso de Abraham ha generado profunda indignación entre la ciudadanía, ya que pone en evidencia las carencias estructurales del sistema penitenciario cubano: desde la falta de atención médica oportuna hasta el trato inhumano a personas con enfermedades crónicas. Su muerte deja huérfano a un bebé de apenas mes y medio de nacido, al que ni siquiera pudo registrar legalmente antes de fallecer.
Este suceso no es un hecho aislado, sino un reflejo del deterioro institucional y la deshumanización dentro de las cárceles en Cuba. La ausencia de protocolos médicos, la negligencia y el silencio institucional ante muertes evitables siguen siendo motivos de denuncia por parte de familiares y defensores de los derechos humanos. Hoy, la familia de Abraham exige respuestas, justicia y que su caso no quede impune.
Preguntas Frecuentes sobre el caso de Abraham Carmenates Hervás
¿Quién era Abraham Carmenates Hervás?
Abraham era un joven cubano de 25 años que se encontraba cumpliendo condena en la prisión de Boniato. Sufría de epilepsia diagnosticada y había sido objeto de múltiples episodios de abandono médico dentro del penal.
¿Qué pasó el día de su muerte?
En la madrugada del 8 de agosto, sufrió un ataque epiléptico. Según testimonios, tras recibir un medicamento fue dejado sin vigilancia ni atención médica adecuada. Horas después, fue encontrado sin vida.
¿Por qué no fue liberado por razones de salud?
A pesar de las solicitudes presentadas por sus padres para obtener una libertad extrapenal debido a su delicado estado de salud, las autoridades médicas determinaron que estaba «apto» para seguir en prisión.
¿Las autoridades han dado alguna respuesta oficial?
Hasta el momento de esta publicación, no se ha emitido un comunicado oficial explicando las causas de su fallecimiento ni se han asumido responsabilidades por parte de las instituciones penitenciarias o sanitarias.
¿Qué impacto ha tenido este caso?
El caso ha provocado indignación entre activistas, familiares de reclusos y ciudadanos, al visibilizar las condiciones infrahumanas del sistema penitenciario cubano y la falta de protocolos médicos para presos con enfermedades crónicas.

