La noche del jueves se tiñó de tragedia en la carretera de Siboney, en Santiago de Cuba, cuando un ciudadano perdió la vida tras intentar robar aceite de un transformador eléctrico ubicado dentro de una subestación. El hecho no solo refleja un accidente mortal, sino también la difícil realidad que enfrenta la población cubana, donde la crisis económica empuja a muchos a arriesgar su vida en actividades ilícitas con tal de obtener ingresos o encontrar alternativas para sobrevivir.
El suceso fue reportado inicialmente en redes sociales por el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, quien señaló que este tipo de eventos se han vuelto más comunes en varias provincias del país. Poco después, la Empresa Eléctrica de Santiago de Cuba confirmó que especialistas de la entidad, en conjunto con peritos del Ministerio del Interior (Minint), se encuentran investigando las causas exactas del incidente.
De acuerdo con las primeras indagaciones, la víctima habría hecho contacto accidental con el cierre de la estrella del transformador mientras manipulaba el equipo, lo que generó un potente cortocircuito que terminó costándole la vida de manera instantánea. Este accidente, además, provocó un apagón en la finca “La Fortaleza”, una comunidad que depende exclusivamente de esa pequeña subestación para recibir electricidad, dejando a decenas de familias sin suministro en plena noche.
Un problema que va más allá de un accidente aislado
El aceite de transformador cumple un rol esencial en el sistema eléctrico, ya que funciona como refrigerante y aislante, protegiendo los equipos del sobrecalentamiento y evitando fallas graves. Sin este componente, los transformadores quedan expuestos a daños irreparables que afectan no solo la infraestructura, sino también la estabilidad del servicio eléctrico en comunidades enteras.
Sin embargo, la profunda crisis energética y económica que atraviesa Cuba ha incrementado el robo de este hidrocarburo. Muchos lo emplean como combustible alternativo para vehículos de diésel o incluso para cocinar alimentos en hogares donde escasea el gas licuado o la electricidad.
La Unión Eléctrica (UNE) ha denunciado en reiteradas ocasiones que esta práctica ilegal no solo causa pérdidas millonarias, sino que agrava los apagones ya frecuentes en la isla. Provincias como Santiago de Cuba, Matanzas, Mayabeque y Granma registran de manera continua la sustracción de grandes volúmenes de aceite, que luego circulan en mercados clandestinos a precios elevados.
Pérdidas económicas que impactan a todo el país
El robo de aceite de transformador representa un golpe duro para la economía nacional. Cada tonelada de este producto puede superar los 3.200 dólares en el mercado internacional, mientras que sustituir un transformador dañado por falta de aceite puede costar hasta 50.000 dólares. Estas cifras, en medio de una crisis económica sin precedentes, hacen aún más difícil la recuperación del sistema eléctrico.
Además, la reposición de los equipos no es inmediata. La Empresa Eléctrica reconoce que, en muchas ocasiones, las comunidades afectadas deben enfrentar apagones prolongados mientras se gestiona la reparación o sustitución de la infraestructura dañada, lo que genera malestar y un mayor impacto social.
Medidas de seguridad aún insuficientes
Ante la oleada de robos, la UNE ha comenzado a implementar medidas de protección en algunos transformadores, como la instalación de rejillas metálicas con candado en las salidas de drenaje del aceite. No obstante, el proceso es lento y requiere recursos como cabillas, soldaduras y candados, elementos que también escasean en el país. Por esa razón, miles de transformadores en todo el territorio siguen vulnerables a este tipo de delitos.
El caso ocurrido en Santiago de Cuba es un recordatorio doloroso de los riesgos que implica manipular instalaciones eléctricas, pero también deja en evidencia la desesperación de muchos ciudadanos que, empujados por la necesidad, exponen su vida en busca de alternativas económicas.
Preguntas frecuentes sobre el robo de aceite de transformadores en Cuba
¿Por qué se roba el aceite de los transformadores eléctricos?
Principalmente porque se utiliza como combustible alternativo para vehículos diésel y, en algunos casos, para cocinar alimentos en hogares sin acceso estable a gas o electricidad.
¿Qué riesgos implica manipular un transformador eléctrico?
Los transformadores contienen alta tensión y manipularlos sin conocimiento técnico puede causar descargas eléctricas mortales, explosiones o incendios.
¿Cuánto cuesta un transformador eléctrico en Cuba?
El costo de reposición de un transformador puede rondar los 50.000 dólares, una cifra extremadamente alta para la economía del país.
¿Qué consecuencias genera el robo de aceite en la población?
Provoca apagones prolongados en comunidades enteras, daños irreversibles a la infraestructura eléctrica y pérdidas económicas significativas para la nación.
¿Qué medidas de seguridad se están tomando para evitar el robo de aceite?
La UNE ha comenzado a instalar rejillas metálicas con candados en los drenajes de aceite, aunque la cobertura aún es limitada debido a la falta de recursos.

