En un ambiente cargado de dolor y desconfianza, familiares, amigos y vecinos se reunieron en el Cementerio Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, para darle el último adiós a Abraham, un joven que cumplía condena en la prisión de máxima seguridad de Boniato y cuya muerte ha dejado un profundo sentimiento de indignación en la comunidad.
La noticia de su fallecimiento ha generado gran conmoción no solo por la pérdida de un ser querido, sino por las inconsistencias y contradicciones en las versiones oficiales sobre lo ocurrido. Desde el momento en que se informó su deceso, los relatos han cambiado en varias ocasiones, sembrando dudas y aumentando el malestar entre sus allegados.
Fuentes cercanas a la familia aseguran que, en un inicio, la información recibida apuntaba a que Abraham había muerto por asfixia. Sin embargo, horas después, la versión cambió repentinamente y se dijo que la causa real había sido un infarto. Previamente, incluso se había mencionado que había sufrido un ataque epiléptico.
Este cambio constante de causas oficiales ha despertado sospechas y ha fortalecido la percepción de que algo se intenta ocultar. Los familiares señalan que ni las autoridades penitenciarias ni el personal médico han ofrecido explicaciones claras, responsabilizándose mutuamente y evitando dar detalles concretos.
Sospechas de abuso y hermetismo oficial
Algunos testimonios provenientes de internos que permanecen en la prisión de Boniato sugieren que la muerte de Abraham podría no haber sido accidental. Estas fuentes, cuya identidad se mantiene en reserva por temor a represalias, afirman que podría haberse tratado de un acto violento por parte de militares. No obstante, esta hipótesis no ha podido ser confirmada de manera independiente debido al estricto control informativo que rodea el caso.
El hermetismo no solo ha sido institucional, sino que también ha alcanzado la etapa posterior al fallecimiento. Según denunciaron sus familiares, el cuerpo presentaba signos que les resultaron inusuales. Un pariente relató con pesar que el cadáver había sido abierto “de manera poco habitual”, ya que en lugar de una incisión frontal, como suele ocurrir en autopsias, esta vez la costura se encontraba en la espalda.
Autopsia sin respuestas y dolor en el sepelio
La autopsia fue realizada en el Hospital Oncológico de Santiago de Cuba, el único centro autorizado para llevar a cabo este tipo de exámenes en la provincia. Sin embargo, hasta la fecha los familiares no han recibido el informe forense, lo que mantiene abierta la incertidumbre sobre la verdadera causa de muerte. La negativa a permitir una investigación independiente alimenta aún más las sospechas de encubrimiento.
Durante el sepelio, el ambiente estuvo marcado por la mezcla de tristeza y rabia. Algunos asistentes manifestaron su deseo de que el caso no quede en el olvido y exigieron justicia. “No vamos a callar, queremos saber la verdad. Cambiaron la causa tres veces y eso es sospechoso”, expresó un familiar visiblemente afectado.
Un caso que refleja una problemática recurrente
La muerte de Abraham no es un hecho aislado. Organizaciones de derechos humanos han documentado múltiples casos de fallecimientos bajo custodia en Cuba que, como este, permanecen sin una explicación clara y sin investigaciones transparentes. La opacidad, la ausencia de información oficial y el temor a represalias dificultan el esclarecimiento de estos sucesos.
En Santiago de Cuba, la tierra ya cubre el ataúd de Abraham, pero no las dudas ni la exigencia de justicia. Para su familia, la lucha por conocer la verdad apenas comienza, y para muchos cubanos, este caso se convierte en un símbolo más de la falta de transparencia en el sistema penitenciario del país.
Preguntas frecuentes sobre el caso de Abraham en la prisión de Boniato
¿Quién era Abraham?
Era un joven interno en la prisión de máxima seguridad de Boniato, en Santiago de Cuba, cuyo fallecimiento ha generado gran controversia por las versiones contradictorias sobre las causas de su muerte.
¿Qué dijeron inicialmente las autoridades sobre su muerte?
Primero afirmaron que murió por asfixia, luego cambiaron la versión a infarto y previamente también se había mencionado que sufrió ataques epilépticos.
¿Se ha realizado una investigación independiente?
Hasta el momento, no. Los familiares han denunciado que no se les ha permitido acceder a una investigación externa ni se les ha entregado el informe forense oficial.
¿Qué irregularidades denunciaron los familiares?
Reportaron que el cuerpo presentaba cortes poco habituales en la autopsia y que el trato institucional ha sido evasivo y contradictorio.
¿Es un caso aislado?
No. Organizaciones de derechos humanos indican que hay un patrón de muertes bajo custodia en Cuba sin respuestas claras y con un fuerte hermetismo oficial.

