La tranquilidad habitual de los portales del histórico Hotel Sevilla, en plena Habana Vieja, fue sacudida recientemente por un intento de robo que culminó de forma inesperada: el presunto asaltante terminó lesionado mientras intentaba irrumpir en una tienda ubicada dentro del recinto hotelero.
Testigos y videos que circulan en redes sociales indican que un hombre se lastimó la mano al romper el vidrio de una vitrina del local. En un video que compartió Yosmany Mayeta Labrada en su página de Facebook, se puede ver al hombre en el suelo, claramente herido, mientras varias personas le brindan primeros auxilios en el área del famoso edificio.
Aunque las publicaciones no precisan detalles exactos como la hora o fecha del suceso, ni si el implicado fue posteriormente arrestado por la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), el hecho ha encendido nuevamente las alarmas entre ciudadanos y trabajadores del sector turístico sobre el deterioro de la seguridad pública en zonas históricas y muy transitadas de la capital.
Aumento de la criminalidad en La Habana
Este incidente no se trata de un caso aislado. De hecho, se suma a una cadena de episodios similares que han ido ganando visibilidad en medios independientes y plataformas digitales, pese al silencio o minimización por parte de canales oficiales.
En menos de dos meses, La Habana Vieja ha sido escenario de otros sucesos delictivos preocupantes. Recientemente, un turista fue víctima de un robo violento a plena luz del día, mientras que a principio de marzo, vecinos detuvieron a un individuo que le había arrebatado el teléfono móvil a una turista de nacionalidad belga, de 73 años.
Estos eventos aumentan la sensación de inseguridad, especialmente en áreas que dependen del turismo, clave para la economía de la isla. Muchos trabajadores de hoteles y guías turísticos están frustrados por cómo este clima violento afecta el número de visitantes. Ante la falta de acción de la policía, algunos cubanos se han unido en grupos de vigilancia comunitaria y comparten videos. Con la economía en crisis, la delincuencia ha crecido, y la gente siente que tiene que actuar por su cuenta.
Este caso muestra no solo la desesperación de un individuo que resultó herido en un robo, sino también un reflejo de la situación social deteriorada, con escasez y desconfianza en las instituciones que alimentan la violencia.
Preguntas frecuentes sobre la creciente inseguridad en Cuba
¿Es común que ocurran robos en zonas turísticas como La Habana Vieja?
Sí, aunque muchos no son reportados oficialmente, cada vez se documentan más casos de robos o asaltos en áreas históricas donde hay una gran afluencia de turistas. Esto genera una fuerte preocupación entre los trabajadores del sector turístico y los propios visitantes.
¿Qué medidas están tomando los ciudadanos ante la inseguridad?
Muchos cubanos han comenzado a instalar cámaras de vigilancia, organizar patrullas vecinales y difundir incidentes en redes sociales como una forma de protegerse y presionar por una respuesta más efectiva de las autoridades.
¿Cuál ha sido la reacción del gobierno ante el aumento de la delincuencia?
Aunque inicialmente negaron el alza del crimen, en los últimos meses las autoridades han reconocido públicamente que los delitos están aumentando, aunque no siempre hay un seguimiento transparente de cómo se manejan estos casos.
¿Están afectando estos hechos al turismo en Cuba?
Potencialmente sí. El aumento de la delincuencia puede generar desconfianza en turistas internacionales y afectar la imagen del país como destino seguro, lo cual es especialmente delicado en un momento donde el turismo es vital para la economía nacional.
¿Qué puede hacer la ciudadanía ante esta situación?
Además de denunciar y documentar los hechos, la población puede seguir apostando por la organización comunitaria, exigir mayor transparencia a las autoridades y fomentar espacios de diálogo para construir soluciones colectivas.
