Tras el despliegue de tres destructores de misiles guiados de la Armada de Estados Unidos cerca de las costas de Venezuela, el Caribe se encuentra otra vez en una situación de tensión geopolítica. Los barcos USS Sampson, USS Jason Dunham y USS Gravely, de la clase Arleigh Burke, se dirigen a ubicaciones estratégicas como parte de una operación militar ordenada por el gobierno de Donald Trump con el objetivo de luchar contra el tráfico de drogas en la región.
Analistas de seguridad internacional sugieren que el tamaño del despliegue militar va más allá de la lucha contra las drogas. La presencia de buques de guerra con el sistema Aegis, una defensa avanzada con misiles Tomahawk de largo alcance, muestra la intención de Washington de presionar al gobierno de Nicolás Maduro.
El Pentágono ha confirmado la participación de aproximadamente 4,000 efectivos navales y de la infantería de marina, aviones de patrulla marítima P-8 Poseidon y al menos un submarino nuclear de ataque en la operación. La Casa Blanca declara que el propósito del plan es disminuir el ingreso de drogas a los Estados Unidos, pero el despliegue se considera una táctica de contención contra Caracas, a la que se imputan vínculos con el Cartel de los Soles.
En respuesta, Nicolás Maduro anunció la movilización de 4,5 millones de milicianos en todo el país, con el objetivo de “defender la soberanía nacional”. No obstante, expertos militares subrayan que las capacidades de la Milicia Bolivariana son limitadas en comparación con la tecnología y poder naval de Estados Unidos.
El movimiento ha generado preocupación en varios países latinoamericanos. México advirtió que estas acciones unilaterales podrían abrir la puerta a una intervención directa en la región, mientras que organizaciones de derechos humanos cuestionaron la posible utilización de bases estadounidenses en el Caribe para operaciones relacionadas con detenidos.
La disputa entre Washington y Caracas vuelve a situar al Caribe como un punto estratégico de confrontación. Aunque el discurso oficial habla de narcotráfico, la ubicación de los destructores cerca de Venezuela refleja un escenario donde la geopolítica y la seguridad regional se entrelazan, aumentando la tensión en un territorio históricamente sensible para ambas naciones.
¿Cuál es el objetivo declarado del despliegue estadounidense?
Según la Casa Blanca, frenar el narcotráfico y cortar las rutas de drogas hacia EE.UU.
¿Qué características tienen los destructores enviados?
Son de la clase Arleigh Burke, con sistema Aegis, misiles Tomahawk y gran capacidad antisubmarina.
¿Cómo reaccionó el gobierno de Venezuela?
Maduro anunció la movilización de 4,5 millones de milicianos para reforzar la defensa nacional.
¿Qué opinan otros países de la región?
Gobiernos como el de México expresaron preocupación por una posible escalada militar e intervención directa.
¿Es una operación antidrogas o una maniobra política?
Analistas coinciden en que, además de la lucha contra el narcotráfico, el despliegue busca presionar al régimen de Maduro.
Cinco cubanos fueron arrestados en Texas por el asesinato de Miguel Mondragón en Austin. El…
Una caravana de ciclistas en Santo Domingo, Villa Clara, despidió a Cristian Gálvez, joven fallecido…
Joven de 24 años recibe ocho años de cárcel en Santiago de Cuba por tráfico…
Un joven agricultor de 28 años perdió la vida tras ser impactado por un rayo…
"Alarma en La Habana por la desaparición de una joven madre, Maril Carmen Sayu Bejerano,…
La Habana enfrenta creciente preocupación por desapariciones recientes de adolescentes y adultos, sin protocolos oficiales…