En la tragicomedia cubana de hace unos días, Alian Aramís, abogado y humorista, nos entregó un poema con el ritmo pegajoso de “Que vaya El Choco”, escrito por El Micha, pero con adaptaciones, para burlarse de la surrealista propuesta de presidente Diaz Canel, de convocar a una marcha “combatiente” en medio de los apagones, el hambre y las necesidades que vive el pueblo.
La sátira apunta al joven revolucionario ideal: Sandro Castro, nieto del comandante Fidel, quien, con su barriga llena y su vida de lujo, es la opción perfecta para representar al pueblo… que ni guagua tiene para ir al desfile.
Con versos cargados de sarcasmo, Alian canaliza la indignación del cubano promedio, Juan sin nada (ni agua, ni luz, ni dólar, ni esperanza), y su respuesta categórica a la pregunta obligada: “¿Vas al desfile?”: ¡Que Vaya El Sandro! Un estribillo que no solo se ríe del absurdo, sino que también resuena con el choteo, esa terapia del cubano contra la miseria.
¿De qué trata el poema?
El poema es una oda al arte de delegar responsabilidades: ¿Quieres marchar? Manda al que vive bien. Mientras tanto, el pueblo sigue lidiando con su dieta de aire, su gimnasio de esquivar problemas y su posgrado en paciencia. Es la crónica en verso de cómo la desigualdad se desfila sola… siempre y cuando Sandro abra el paso.
Muchos piensan que mientras los pies de los que participen, recorran el asfalto en la marcha, los zapatos de Sandro brillarán por su ausencia. No se esperan imágenes de él en el desfile, porque quizás esté ocupado en una marcha más exclusiva: la que va del jacuzzi a la cava de vinos, que, dicho sea de paso, también requiere compromiso revolucionario… pero con su comodidad.“
Será como buscar un unicornio en la marcha del pueblo combatiente…
El impacto del poema
El poema de Alian Aramís ha resonado profundamente en redes sociales, donde el humor y la sátira suelen convertirse en válvulas de escape para la frustración colectiva. El estribillo “¡Que Vaya El Sandro!”, no solo hace reír, sino que también invita a reflexionar sobre la hipocresía de un sistema que habla de igualdad mientras perpetúa desigualdades.
En medio de la crisis cubana, el humor se ha convertido en una forma de resistencia. Con su poema, Alian Aramís no solo aporta un toque de choteo a la difícil realidad del país, sino que también da voz a millones de cubanos que cuestionan las prioridades de sus líderes. “¡Que Vaya El Sandro!”, es más que un estribillo; es un grito colectivo de indignación disfrazado de humor.
Preguntas frecuentes:
¿Quién es Alian Aramís y qué significa su poema “¡Que Vaya El Sandro!”?
Alian Aramís es un abogado y comediante cubano. En su poema, usa el humor para criticar cómo los líderes del país no entienden lo mal que lo pasa la gente.
¿Por qué habla de Sandro Castro en el poema?
Sandro Castro, el nieto de Fidel Castro, es un símbolo de lo que algunos tienen mientras la mayoría sufre. El poema lo menciona de manera irónica, sugiriendo que sería un buen candidato para representar él solo al pueblo.
¿Cuál es el mensaje principal del poema?
El poema destaca la desigualdad social en Cuba. Cuestiona la idea de hacer marchas populares cuando el pueblo enfrenta problemas como cortes de luz y hambre. Invita a pensar en la hipocresía del sistema.
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