Si hay algo que los cubanos llevan en la sangre, además del ritmo y la alegría, es el dominó. No importa si las fichas son de seis o de nueve números, lo importante es que, una vez que la mesa está lista y las piezas comienzan a moverse, la intensidad se apodera del ambiente.
En las últimas horas, un video de Instagram ha sacudido las redes, mostrando a un grupo de cubanos en plena guerra “dominocera”. En el video, un jugador no oculta su frustración cuando su compañero le arruina una jugada al poner la ficha equivocada. “¡Asere, pero tú no piensas! No sabe jugar, brother!”, exclama mientras gesticula con las manos y golpea la mesa con indignación. La escena es pura adrenalina.
Por otro lado, el equipo contrario no se queda atrás. Mientras cuentan los juegos ganados, la discusión sube de nivel. “¡Ustedes no saben ni contar, está empatado, viejo, está 10 a 10!”, reclama a los contrarios con el ceño fruncido. Palabrotas van, palabrotas vienen, pero en medio de la efervescencia, se percibe una risa contenida. Porque en el fondo, todo esto es parte del show. Y es que un dominó sin intensidad simplemente no es dominó. Los comentarios lo demuestran:
“Y el que no sea cubano y ve este video, piensa que se llevan mal y que están a punto de irse a los golpes. Cuando es todo lo contrario, son buenos amigos y se tiene tremendo cariño. Incluso pueden ser hasta familia.”
“Lo más lindo es que están con la familia y los hijos y todo el mundo está bien tranquilo en esa casa.”
“Mi papá literal.”
“Se les cayó el pelo de tantos insulto.”
“Deporte nacional. Lo que pase ahí, ahí se queda.”
“Siii! Mi padrastro siempre es competitivo y le grita a mi mamá que juegue mejor.”
Si alguien nunca ha visto un juego de dominó entre cubanos, podría pensar que se trata de una batalla en la que el honor de la familia está en juego. Pues no se trata solo de colocar fichas en la mesa, sino de una demostración genuina de emociones, discusiones acaloradas y ese toque inconfundible de cubanía que convierte cada partida en un espectáculo
La cultura del dominó en Cuba: una tradición que no muere:
El dominó es parte del ADN cubano. Se juega en la calle, en el portal de las casas, en los parques y en cualquier rincón donde haya un pedazo de mesa y cuatro sillas. Para muchos, es más que un simple entretenimiento; es un ritual sagrado, una forma de socializar y de demostrar habilidades estratégicas mientras se pasa un buen rato con amigos y familiares.
Las reglas pueden ser flexibles, pero hay algo que nunca cambia: en una partida de dominó cubano, siempre habrá discusiones, risas, golpes en la mesa y alguien que asegura que le hicieron trampa. Y si no hay al menos un grito de “¡estás loco, compadre!”, algo se está haciendo mal.
Quienes no saben y ven a los cubanos jugar dominó, se preguntarán: “¿Están peleando?”. La respuesta es simple: No, están jugando.” Para los cubanos, cada partida es una montaña rusa de emociones, un choque de estrategias y un test de resistencia mental. Los gritos son parte del ambiente, al igual que la música de fondo, la cerveza fría y la famosa frase: “El que pierda, recoge”.
Preguntas Frecuentes sobre el Dominó Cubano:
¿Por qué los cubanos juegan dominó con tanta pasión?
Los cubanos ponen pasión en todo lo que hacen, y el dominó no es la excepción. Para ellos, no es solo un juego, sino un momento de socialización, estrategia y, sobre todo, diversión. La intensidad es parte del espectáculo.
¿Es normal que se griten y discutan tanto durante una partida?
¡Totalmente! Las discusiones forman parte del juego. Es una mezcla de emociones y estrategias donde cada jugador defiende su jugada con uñas y dientes. Pero al final, todo queda en risas y en la eterna revancha.
¿Qué significa la frase “El que pierda, recoge”?
Es una regla no escrita del dominó cubano. Significa que el equipo perdedor tiene que recoger todas las fichas y barajarlas para la próxima ronda, lo cual es visto como una especie de castigo simbólico.
¿Hay algún truco para ganar en el dominó cubano?
Más allá de la suerte, la clave está en la estrategia y en saber leer el juego del contrario. También ayuda tener una buena memoria para recordar qué fichas han salido y cuáles quedan por jugar.
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