En las primeras horas de la madrugada de este jueves, el reparto Alex Urquiola, en la ciudad de Holguín, se convirtió en escenario de un nuevo y trágico caso de violencia feminicida. Milagros Batista Estévez, una mujer de 56 años, fue brutalmente asesinada, presuntamente por su expareja, quien le propinó múltiples heridas con un arma blanca. El caso ha generado consternación y ha reavivado la indignación en una sociedad cubana cada vez más alarmada por la violencia de género.
Según reportes difundidos por el perfil independiente de redes sociales “Nio reportando un Crimen”, que ha seguido de cerca el desarrollo del hecho, el presunto agresor fue detenido poco después del ataque. Este individuo ya contaba con antecedentes por actos violentos, lo que ha profundizado las críticas hacia los mecanismos de prevención que, según voces especializadas, no están funcionando con la eficacia necesaria.
Las redes sociales no tardaron en replicar la información. Cientos de usuarios, periodistas independientes y activistas compartieron mensajes de duelo, indignación y llamados urgentes a una respuesta más contundente del Estado. La violencia de género en Cuba, lejos de ser una problemática aislada, se ha consolidado como un fenómeno estructural que exige medidas integrales, sostenidas y urgentes.
Organizaciones civiles como Alas Tensas, OGAT y YSTCC han denunciado reiteradamente que el país carece de una legislación específica contra el feminicidio, así como de políticas de protección efectivas para las mujeres en riesgo. Estas entidades subrayan que el gobierno cubano aún no reconoce oficialmente la tipificación del feminicidio en su Código Penal, lo cual dificulta el abordaje jurídico y estadístico de este tipo de crímenes.
En lo que va de año 2025, al menos 26 feminicidios han sido reportados por fuentes independientes, aunque las cifras oficiales muchas veces parciales y tardías siguen mostrando rezagos importantes. En 2024 se documentaron 56 feminicidios, de los cuales 47 fueron cometidos por parejas o exparejas sentimentales. Esta tendencia, lejos de disminuir, pone en evidencia una falla sistemática de las instituciones a la hora de garantizar protección efectiva.
La familia de Milagros y sus vecinos han exigido justicia inmediata, señalando la necesidad de que el caso no quede impune ni se diluya en el silencio institucional. Hasta el momento, las autoridades no han emitido un pronunciamiento formal, algo que suele ser común en estos casos, donde los datos oficiales escasean y la voluntad política para visibilizar el problema parece limitada.
Mientras tanto, activistas y colectivos feministas insisten en la urgencia de implementar campañas educativas, abrir refugios seguros para mujeres en peligro y fortalecer la atención a víctimas de violencia. “No podemos seguir contando muertas mientras el Estado permanece inmóvil”, sentenció una activista holguinera en sus redes sociales.
Este nuevo caso de feminicidio vuelve a poner sobre la mesa una cruda realidad: en Cuba, las mujeres siguen enfrentándose a una violencia estructural, silenciada y en gran parte invisibilizada. Milagros no es solo una cifra más. Su nombre se une tristemente a una lista que no deja de crecer y que clama, con cada historia, por justicia, visibilidad y acción.
¿Qué se considera feminicidio en Cuba, aunque no esté tipificado en la ley?
El feminicidio se refiere al asesinato de una mujer por motivos de género, generalmente a manos de su pareja o expareja, o en contextos donde medie discriminación, odio o desigualdad de poder. Aunque Cuba no lo tipifica legalmente, muchas organizaciones civiles lo identifican claramente como tal.
¿Por qué hay una diferencia entre las cifras oficiales y las reportadas por organizaciones independientes?
Las cifras oficiales en Cuba solo incluyen casos con sentencia firme, excluyendo feminicidios sexuales, transfeminicidios o vicarios. Las plataformas independientes utilizan una metodología más amplia y transparente, basada en reportes comunitarios, testimonios y cobertura mediática alternativa.
¿Qué mecanismos existen en Cuba para proteger a las mujeres en riesgo?
Actualmente, los mecanismos de protección son limitados. No existen refugios estatales para víctimas, ni una línea telefónica nacional de emergencia efectiva. Las denuncias suelen enfrentar trabas institucionales y falta de seguimiento.
¿Qué medidas reclaman los colectivos feministas cubanos para enfrentar esta crisis?
Demandan una ley integral contra la violencia de género, la tipificación del feminicidio en el Código Penal, la creación de casas refugio, capacitaciones para cuerpos policiales y campañas educativas permanentes desde edades tempranas.
¿Qué hacer si se conoce un caso de violencia de género en la comunidad?
Es importante brindar apoyo a la víctima, denunciar en la comisaría correspondiente si ella lo permite, y contactar organizaciones que trabajan con víctimas. La solidaridad comunitaria puede ser clave para evitar que el caso llegue a consecuencias fatales.
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